Para seros sincera, esto que es taaan sencillo, aún me cuesta hacerlo del todo bien, sobre todo con las cantidades, no puedo evitar hacer pasta para todo el vecindario cada vez que cocino... Sé que cómo yo habrá muchos, así que este truco os será muy útil, no sólo para controlar las cantidades sino para conseguir ¡un plato de pasta perfecto!
Para comenzar, a la hora de hervir el agua lo ideal es añadir 1 litro, 2 cucharaditas de sal y unas gotitas de aceite de oliva por cada 100 gramos de pasta. El aceite es perfecto para evitar que la pasta se pegue al fondo aunque es preferible no añadirlo si la salsa con la que lo vamos a acompañar también lleva, pues le resta sabor. Esos 100 gramos son la cantidad perfecta para un plato principal y lo podemos calcular de varias maneras:
- Con un peso
- Cogiendo el paquete y observando la cantidad que contiene, de modo que si trae 500 gramos sólo tendremos que dividir en cinco partes.
- Cortando un hilo de 9 cm y rodeando la pasta, sin sobrepasar.
- Si hablamos de pasta corta lo que siempre me dice mi padre es: "Un puñaíto por cada persona y uno más de regalo".
Una vez que hayamos calculado cuánta pasta necesitamos, debemos esperar a que el agua hierva, ya que si nos adelantamos corremos el peligro de que se nos pase. En caso de que la pasta sea larga (espaguetis, tallarines, ...) no debemos cortarla, sino esperar a que se vaya introduciendo sola. Llegados a este punto podemos encontrarnos con que el agua se desborde y lo manche todo. Para evitarlo sólo tenemos que colocar sobre la cacerola la cuchara o el tenedor de madera que estamos utilizando para remover.
La pasta suele estar al dente a los 7 o 10 minutos. Una vez llegado este momento, ¡ya tendréis casi listo vuestro plato de pasta! Para acabar sólo habrá que colarla y añadir un poco de agua fría para separar aquellas piezas que se hayan pegado.
Tras esto y vuestra salsa favorita ¡tendréis el mejor plato de pasta!
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