sábado, 10 de mayo de 2014

PECHUGAS DE POLLO JUGOSAS

Adelanto que como ya se aproxima la vuelta a la normalidad después de una semana de excesos en la feria, se avecinan recetas cuyo ingrediente principal va a ser el pollo. Si, el pollo quizás sea la carne más sencilla de cocinar y realmente no parece que esconda ningún secreto, pero toda buena Cazueli se guarda un as en la manga con el que consigue que la receta sea todavía mejor.

Mira como posa el tío


Para conseguir que las pechugas queden más jugosas y "blanditas" se han escuchado miles de trucos, pero aquí hemos recogido los tres más conocidos: 

1.  Utilizando un mortero

Quien iba a decir que la solución iba a ser la violencia, eso si, en su justa medida. Sin duda es la forma más divertida, sobretodo si tenemos el típico mortero/martillo que pesaba un quintal de nuestras abuelas. A quién no le ha gustado nunca aporrear con semejante artilugio. Lo único que hay que tener más en cuenta en este caso, es que todas las pechugas queden de un mismo grosor aproximado.
aporreando voy aporreando vengo
2. Marinando

En este caso, podemos pasarlas por el mortero antes también o meterlas directamente sin machaque previo. En una bolsa hermética se mete la pechuga con el marinado la noche antes en la nevera. En el marinado se pueden añadir una gran variedad de ingredientes, cumpliendo siempre con la combinación de un ácido (es el encargado de que las proteínas se rompan y quede más tierna), un aceite (preferible que no sea de oliva porque se solidifica con el frío), sal y especias para darle aroma.

Un ejemplo de marinado podría ser: zumo de limón, aceite, sal y pimienta, ajo en polvo y orégano.

3. Con leche

Simplemente una o dos horas antes de cocinar el pollo, se sumerge en un cuenco con leche. La carne además se blanqueará ya que ayuda a que se expulse la sangrecilla de la pechuga. Se puede hacer tanto si se va a hacer a la plancha, como si se hace empanada.



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